Hemos hablado mucho de ropa, porque ocupa un importante rol en la vida cotidiana. Desde el comienzo sirvió al hombre y a la mujer para cubrirse, pero también para adornarse y embellecerse. No es lo mismo ponerse cualquier “trapo” por arriba que un hermoso vestido con los colores ideales, según la ocasión y según lo que dicta la moda. No es lo mismo una camisa cualquiera que una camisa de buena calidad con el diseño a gusto de quien la usa y también acorde a la ocasión. Ahora, hablemos de los accesorios. Ellos acompañan gratamente, si son bien seleccionados, a ese vestuario ideal. Cada accesorio tiene su historia. La corbata, por ejemplo, tiene sus inicios en el año 1668. Los romanos ya usaban el bolso, al que llamaban bursa, y era una simple bolsa sin nada más. Con el correr del tiempo, el bolso se convirtió en un accesorio exclusivamente femenino. Luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando las mujeres comenzaron a incluirse en el mundo laboral, se pusieron de moda las bandoleras, cuya característica era poder tener libres las manos. El foulard, tuvo en sus orígenes una función higiénica, sirviendo también para protegerse del frío. Se lucía sobre el hombro o sobre el brazo izquierdo. El uso del paraguas comenzó en la Mesopotamia asiática hace 3.400 años, pero como parasol.
muy bonitoo muy bonitoo!
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